domingo, 1 de abril de 2012

Domingo de Ramos


En la Semana Santa se celebran los misterios de salvación realizados por Cristo en los últimos días desde su entrada triunfal en la ciudad de Jerusalén, para los católicos el Domingo de Ramos es el primer día de la Semana Santa.

La semana santa comienza con el Domingo de Ramos de la Pasión Señor, que une el triunfo de Cristo (aclamado como Mesías por los habitantes de Jerusalén y hoy en el rito de la procesión de las palmas por los católicos) y el anuncio de la pasión, con la proclamación de la narración litúrgica en la Misa.

 El color liturgico del Domingo de Ramos es el rojo, debido a que se celebra la Pasión del Señor.

Los ramos no son algo así como un talismán o un simple objeto bendito, sino el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual.

Los días que van hasta el Jueves Santo pertenecen al tiempo cuaresmal, pero están caracterizados por los últimos acontecimientos de la vida del Señor, con exclusión de otras celebraciones.

En la mañana del jueves santo, el obispo celebra, junto con su presbiterio, la Misa Crismal o de los Santos Oleos, en la que se bendicen los óleos que se usarán para la celebración de los sacramentos.

martes, 27 de marzo de 2012

Actividades para la Festividad de Santa María al Pie de la Cruz

Triduo de preparación

Martes 27
5:30 pm Rezo de la Corona Dolorosa
7:00 pm Celebracion Eucarística

Miercoles 28
7:00 am Celebracion Eucaristica
5:30 pm Rezo de Corona Dolorosa

Jueves 29
7:00 am Celebracion Eucaristica.
12:00 pm El angelus (las Doce campanadas) 
6:30 pm Vigilia de nuestra Sra.

Viernes 30
12 Hrs. Celebracion Eucarística, Festividad de Santa María al pie de la Cruz
13 Hrs. Exposicion de su Divina Majestad
18 Hrs. Rezo de la Corona Dolorosa
18:30 Hrs. Procesión con la imagen de Nuestra Sra de los Dolores.

lunes, 26 de marzo de 2012

La Anunciación del angel Gabriel


"Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María.

Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.

Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.»

María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?» Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible.»

Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» Después la dejó el ángel." Lc. 1, 26-38

Al comienzo del camino de fe de María entramos el relato del anuncio del nacimiento de Jesús.

Los evangelios no nos aportan mayores datos sobre la figura histórica de María. Conocemos que era una joven sencilla , mujer de su pueblo, comprometida en casamiento con José, un hombre perteneciente a la familia de David. Podemos imaginarla, inmersa en la vida cotidiana de cualquier mujer de su época, ocupada en las tareas de la casa, preparando sus cosas para el matrimonio cercano. Lavando, tejjiendo, charlando con otras jóvenes vecinas. Una mujer sencilla, inadvertida, seguramente , entre las otras del pueblo. Sin mayor instrucción, como lo sugieren relatos posteriores (cfr. Mt. 13, 54-55): Vuelto Jesús a Nazareth, " se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. ¿De donde le vienen , decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María?") . Esta mujer, María, una más entre las lugareñas de Nazareth, sería la madre de Dios, la mamá de Jesús.

Un enviado de Dios llega a su casa y la saluda. Alegrate, llena de gracia, el Señor está contigo. María no comprende bien aquel saludo. Quedó desconcertada, turbada, preguntándose qué significarían esas palabras. "¿Llena de gracia? ¿Qué será todo esto? ¿Y por qué a mi?".

El anuncio prosigue: No temas, María concebirás y darás a luz un hijo, se llamara Jesús. María reacciona sorprendida; casi ingenuamente pregunta: "¿Cómo es posible, si no tengo relaciones con ningún hombre?" El ángel reponde revelando el proyecto de Dios: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el noño será sano y se lo llamará Hijo de Dios. María conoce de esta forma su destino maternal, ser la madre del Hijo de Dios. Para ello el Padre la había estado preparando durante tanto tiempo. Por esto su virginidad ofrecida para entregarse a la acción de Dios. La luz de la palabra del ángel teñían de vida y desafío el sentido de su existencia. La palabra de Dios le acercaba su propuesta. María no duda. Yo soy servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho. Radicalmente se pone en las manos de Dios. La razón de su existencia emerge en su disponiblidad generosa y se concreta en asentimiento. Ante la iniciativa (pro-puesta) de Dios ella se define. Su res-puesta revela el sentido último y profundo de su corazón: "Yo soy la servidora del Señor". La que está dispuesta a seguirlo, la que asume el riesgo que eso significa. La que espera que "se cumpla en mí lo que has dicho".

María inicia su camino entregándose a la voluntad del Padre. Como en todo llamado de Dios, hay una invitación libre y una misión que se ofrece, Una propuesta liberadora, dejarlo todo por servir a Dios. Un llamado a la vida. Ser lleno por el Espíritu Santo y conocer la cercanía de Dios. Todo anuncio del Señor es gozoso: Alégrate, María; porque transmite un don de él mismo: El Señor esta contigo. En María se hará carne el mayor don de Dios a los hombres, Jesús, su Hijo amado. Pero esto no implica esta libre de problemas e inseguridades; al contrario, seguir a Jesús casi siempre trae contrariedades, significa un riesgo. Mas adelante Jesús lo advertiría a los apóstoles (cfr. Mt. 10,16-24). Tener fe supone lanzarse a lo desconocido, sin otra garantía (y nada menos) que Dios mismo. Pero él nos afirma: No temas. Quien decide jugar su vida por la causa de Dios contará siempre con su presencia, aun en las dificultades.

María inicia su camino de fe compenetrándose en el misterio de la encarnación, por el cual Jesús se hacen uno de nosotros para que nosotros podamos ser uno con Dios.

sábado, 24 de marzo de 2012

solemnidad de la anunciación de Santa María

Estas son las actividades para la solemnidad de la Anunciación de la Santísima Virgen  María.


Día lunes 26 de marzo del presente año:


6:00 am Santo Rosario de Aurora, alrededor del Zócalo.


12:00 pm rezo del Ángelus (Las doce campanadas)


19:00 pm celebración eucarística    


"SERVIR A MARÍA ES REINAR"

jueves, 22 de marzo de 2012

Bienvenido a México


El día de mañana viernes 23 de marzo llega a tierra mexicana Su Santidad Benedicto XVI, vicario de Cristo en la tierra, demos la bienvenida con el repique de campanas de sus templos correspondiente, que todas las campanas del pais se escuchen, a las 16:30 hrs. o justo cuando pise tierra mexicana.

miércoles, 21 de marzo de 2012

La virgen María en la Cuaresma



En el plan salvífico de Dios (ver Lc 2,34-35) están asociados Cristo crucificado y la Virgen dolorosa. Como Cristo es el "hombre de dolores" (Is 53,3), por medio del cual se ha complacido Dios en "reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz" (Col 1,20), así María es la "mujer del dolor", que Dios ha querido asociar a su Hijo, como madre y partícipe de su Pasión. Desde los días de la infancia de Cristo, toda la vida de la Virgen, participando del rechazo de que era objeto su Hijo, transcurrió bajo el signo de la espada (ver Lc 2,35).

Por ello la Cuaresma es también tiempo oportuno para crecer en nuestro amor filial a Aquella que al pie de la Cruz nos entregó a su Hijo, y se entregó Ella misma con Él, por nuestra salvación. Este amor filial lo podemos expresar durante la Cuaresma impulsando ciertas devociones marianas propias de este tiempo: "Los siete dolores de Santa María Virgen"; la devoción a "Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores" (cuya memoria litúrgico se puede celebrar el viernes de la V semana de Cuaresma)