Los
Magos de Oriente se postran ante Jesús Niño y lo adoran, con sus regalos hablan
de lo que ellos encuentran en Él:
- El
oro se le ofrece sólo a los reyes, por lo que reconocen en Jesús al Rey.
- El
incienso se le ofrece sólo a Dios, por lo que revelan que Jesús es Dios,
- Y la
mirra es un perfume que reconoce en Jesús Rey, Hijo de Dios, también a un
Hombre.
Es
una bella historia que merece nuestra reflexión. Además de que es una
oportunidad para continuar meditando en el gran Misterio de la Encarnación, y
para compartir en familia las bendiciones y gracias que este milagro nos trajo.
Tradición.
La
tradición mexicana nos invita a compartir la "Rosca de Reyes",
costumbre también llena de significados importantes: el pan en forma de rosca
evoca a Dios Eterno, que no tiene principio ni fin; las frutas dulces con que
se decora nos recuerdan la gracia que Jesús nos trae; el muñequito escondido
entre la masa representa al Niño Jesús que todos debemos buscar, quien lo
encuentra se llena de tanto gozo que desea compartirlo con todos, por lo que
promete una fiesta el próximo día dos de febrero, día de la "Candelaria"
(luz) o Presentación del Señor. Jesús es la "Luz para iluminar a todos los
pueblos" (Lc 2, 32). Y los bautizados hemos sido iluminados con esa Luz de
Cristo.
Los
cristianos siempre tenemos el compromiso de buscar, encontrar y compartir a
Jesús con los demás.
Historia.
La
fiesta de la Epifanía es de origen Oriental y surgió en forma similar a la
Navidad de Occidente.
Los
paganos celebraban en Oriente, sobre todo en Egipto, la fiesta del solsticio
invernal el 25 de diciembre y el 6 de enero el aumento de la luz. En este
aumento de la luz los cristianos vieron un símbolo evangélico. Después de 13
días del 25 de diciembre, cuando el aumento de la luz era evidente, celebraban
el nacimiento de Jesús, para presentarlo con mayor luz que el dios Sol.
La
palabra epifanía es de origen griego
y quiere decir manifestación, revelación o aparición. Cuando la fiesta oriental
llegó a Occidente, por celebrarse ya la fiesta de Navidad, se le dio un
significado diferente del original: se solemnizó la revelación de Jesús al
mundo pagano, significada en la adoración de los "magos de oriente"
que menciona el Evangelio.
Significado.
Hoy
la Iglesia celebra la Epifanía para recordar la Manifestación del Señor a todos
los hombres con el relato de los Magos de Oriente que nos narra el Evangelio
(Mt 2, 1-12). Aquellos hombres que buscaban ansiosamente simbolizan la sed que
tienen los pueblos que todavía no conocen a Jesús.
La
Epifanía, en este sentido, además de ser un recuerdo, es sobre todo un misterio
actual, que viene a sacudir la conciencia de los cristianos dormidos.
Para
la Iglesia la Epifanía constituye un reto misional: o trabaja generosa e
inteligentemente para manifestar a Cristo al mundo, o traiciona su misión. La
tarea esencial e ineludible de la Iglesia es trabajar para llevar a Cristo a
todos aquellos que no lo conocen.
La
llegada de los magos, que no pertenecen al pueblo elegido, nos revela la
vocación universal de la fe. Todos los pueblos son llamados a reconocer al
Señor para vivir conforme a su mensaje y alcanzar la salvación.
La
descripción que hace el Evangelio de la llegada de los magos a Jerusalén y
luego a Belén, la reacción de Herodes y la actuación de los doctores de la ley,
encierra una carga impresionante de enseñanza.
Unos
hombres extranjeros que siguen el camino indicado por la estrella, para adorar
al recién nacido Rey de los judíos.
Los
conocedores de las Escrituras en Jerusalén que quedan indiferentes ante aquella
luz del cielo, que anuncia el acontecimiento esperado por siglos.
La
envidia del rey Herodes ante el temor de que surja un rey "mayor" que
él.
Ante
este relato tan cargado de significado, nos queda reflexionar seriamente:
¿Somos como aquella Jerusalén,
"conocedora de las Escrituras", pero incapaz de reconocer y menos de
seguir el camino de la Luz de Cristo?
Ó
¿somos como los magos de oriente, en
búsqueda siempre de la verdad y dispuestos a ponerse en camino hacia Jesús, Rey
y Señor de la historia?