martes, 1 de noviembre de 2011

Fiesta universal de todos los Santos.

  

Celebramos una de las fiestas más bonitas del año: LA FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS. Durante el año hemos visto diversas maneras de santificarse. Hoy subimos al cielo y contemplamos una gran multitud de personas que han amado de verdad a Jesucristo y ahora gozan de la visión beatífica.

Después de algunos años, o quizá dentro de poco, nosotros celebraremos esta fiesta en el cielo, porque también amamos a Jesucristo, a pesar de nuestras imperfecciones,

En la fiesta de Todos los Santos podemos ver el éxito de Jesucristo. Millones de personas han creído en Él, han aceptado su mensaje y le han seguido, algunos hasta dar su sangre en el martirio. Los santos son el mejor fruto de la Pascua, y su felicidad es la felicidad del mismo Cristo.

El apocalipsis según san Juan nos dice: que son innumerables los santos, los marcados con el sello de Dios en sus frentes: doce mil de cada una de las doce tribus de Israel. Estas doce tribus representan a la iglesia, a todo el pueblo de Dios y en cuanto a los números, el doce se interpreta como plenitud, y el mil como solidez. El mismo autor sagrado dice que se trata de una muchedumbre ingente de toda nación, pueblos y tribus.

Efectivamente. Son incontables los santos y santas canonizados, que han merecido el honor de los altares. Pero los santos canonizados no son más que una mina parte de los siervos y siervas de dios, que con la ayuda de la gracia superior de ser fieles y practicaron la virtud en grado heroico.

Es la confirmación de la vocación universal a la santidad de que nos habla Jesús mismo cuando dice, “Sed perfectos como perfecto es vuestro padre celestial” (mateo 5; 48)

El sentido de la fiesta de hoy es que la iglesia no olvida a los santos anónimos, si no que universalmente celebra solemnemente a todos los santos que no figuran en el calendario; ellos están ante Dios y ruegan por nosotros

Esas es la voluntad de Dios: que desde que recibimos el compromiso bautismal, somos dignos de seguir el camino que nos lleve a la santidad.



Dentro de esta celebracion tan importante no podemos hacer a un lado, a nuestros principales santos dentro de la O.S.S.M, a nuestros siete santos fundadores, Alejo, Amadeo, Hugo, Benito, Bartolomé, Gerardino y Juan.  que los Santos Fundadores nos animen a aumentar nuestra devoción a la Virgen Santísima y a no cansarnos nunca de propagar la devoción a la Madre de Dios.
Santa Juliana

San Pablo, en la carta a los Efesios, nos dice: El nos eligió en la persona de Cristo -antes de la creación del mundo- para que fuésemos santos e irreprensibles ante él por el amor. El nos ha destinado, en la persona de Cristo, a ser sus hijos (Ef 1,4-5).


Jesús nos dice: Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5,48).

Esta es la voluntad de Dios: que todos se salven y gocen de la vida eterna.


San Felipe Binicio 



¿QUÉ ENTENDEMOS POR SER SANTOS?

¿En qué consiste la santidad? La santidad consiste en vivir las bienaventuranzas, que hemos leído en el evangelio.

Ser pobre, ser humilde, ser misericordioso, luchar por la justicia, ser portador de paz y sufrir por el reino de Dios.

Este es el programa que expone Jesucristo y que nosotros, sus seguidores, hemos de llevarlo a la práctica.

PONGAMOS AHORA NUESTRA MIRADA EN LA PERSONA DE JESUCRISTO

Miremos la gran figura de Jesucristo, y, aunque sea muy brevemente, consideremos cómo El lleva a cabo las bienaventuranzas que hemos escuchado del evangelio y, cómo nosotros, en la vida cotidiana, es posible que podamos practicarlas.

Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos (Mt 5,3)

Jesús nació pobre, fue un trabajador, murió pobre en una cruz y fue enterrado en un sepulcro que no era suyo, hoy diríamos, de alquiler.

Es posible que nosotros podamos poner en práctica la pobreza de espíritu, rectificando, de hecho, el ansia de riqueza que todos llevamos dentro.

Venerar, no adorar a los santos y santas

Nosotros veneramos, no adoramos a los santos, porque son nuestros intercesores ante Dios les pedimos que presenten nuestras súplicas al Señor.

Es bueno acudir a los santos cuando tenemos necesidad, pero es mejor imitar su amor a Jesucristo, para que nos podamos reunir un día con ellos en el cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario